A la Catedral metropolitana de la Ciudad de Guatemala… o a otros templos
(Este poema forma parte del poemario colectivo Éxtasis en alborada (2012))
Solemne, centenaria.
Vacía, mercenaria;
Así se yergue la elegante Señora del Mecenas,
entre la Noble Morada y el portal de las ventas.
Imponente su fachada. Inocente su mirada.
Afligida su historia por oscuros pasajes,
Decorados sus muros con disgustados lienzos,
Repletos sus rincones de dolientes recuerdos.
La figura de un poder engendrado por las malas.
Símbolo de destrucción y dominio de otro credo.
Estandarte del triunfo del Conquistador usurero.
Ruina del fracaso de un dios embustero.